Anxo Corbillón

PSICÓLOGO COL. G-6751

No hay que estar enfermo para sentirse mal.

Vivimos en un entorno poco amigable con el bienestar real, no económico, lo que nos lleva en muchos casos a sentir lo que llamo malestar de vida, pero casi siempre entendemos que la solución ha de venir desde fuera.

Vivimos profundamente desadaptados, pero el problema no es del sistema, sino de nuestra capacidad para darnos cuenta de lo que nos pasa, de cuáles son nuestras necesidades reales, de cuáles son nuestros deseos propios, sin saber cómo hacer para ir hacia esas necesidades y deseos, cómo soportar las frustraciones, sin saber de cómo somos realmente y especialmente, vivimos enfermos de relación.

Somos seres en relación y nuestra salud no está en la dependencia ni en su polaridad, la autarquía o el aislamiento, sino en la inter-dependencia.

Por eso, aprender a poner y recibir límites, a entender mis dificultades y aceptarlas, conocer mis sombras y mis bloqueos, observar lo que se actualiza de mi pasado en este momento de mi vida y hacerme responsable del cambio que me espera, son parte de los caminos para el bienestar. Hacer responsable al mundo, me deja en manos de los otros, por eso tengo una buena noticia: ser responsable de mi vida me da la esperanza de que el cambio es posible.

Por eso proponemos un enfoque terapéutico de corte humanista, con técnicas de terapia gestalt, de meditación y contemplación y sin dejar de poner la mirada en la propuesta de cambio constante y en los pequeños avances.

Me gusta decir que hacemos una terapia que busca el equilibrio entre el cielo y la tierra.

Buscamos reducir el sufrimiento con una mirada existencial, de profundidad de vida, de propósito vital, pero sin perder de vista nuestros pies en la tierra, que mañana hay que volver a levantarse en el mismo mundo que nos aprieta, hay que ir a trabajar o buscar trabajo, hay que pagar el alquiler o la hipoteca y no hay tiempo para esperar demasiado.

No hay solución mágica para lo que llevas tanto tiempo haciendo de la misma manera. Sólo consciencia de lo que hay, de lo que haces y propósito de cambiar poco a poco.

Y paciencia y amor, mucha compasión contigo y con los demás, pues a veces decimos que la terapia no comienza hasta que salen de la sala todas las demás personas que solemos traer con nosotros cada sesión.

Para nosotros la terapia es mejora y, por tanto, cambio. Si no quieres cambiar, no es para ti, pero si ya no quieres lo mismo de siempre, puede ser el momento de empezar a hacer algo distinto.

En LoTo estamos dispuestos y disponibles para acompañarte.

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